Miguel Panarisi

Creo que la pintura hace de mì esta obra que soy. Hace que yò sea. Lo mucho o poco que alcanzo a entender o saber sobre mi y el sentido y el significado de aquello que conforma mi entorno; estan ahì. Pareciera tambien poder contener siempre la posibilidad de lo subsiguiente, a la espera, latente, aguardando eso que todavía no pudo ni siquiera ser considerado por que para ello haria falta haber asimilado lo inmediatamente anterior y por lo tanto aùn no existe posibilidad que la evidencie ni contar con los elementos necesarios para la comprensiòn. Aparece como factible tambien la posibilidad de la simultaneidad de todas las realidades de las que soy capaz de albergar y de las que no, circulando por margenes y extensiones que se contraen hasta lo mas ìnfimo y se expanden hasta la disolución.
Todo esto dicho a manera de aproximación entendiendo lo que me sucediò con “los momentos de tu ausencia”, una de las pinturas fundamentales y mas entrañables para mì. Tuve, con esta pintura y en ese periodo particular de mi vida, la sensación de haber saltado de una dimensiòn a otra por la que nunca antes habia circulado; una dimensiòn semejante a la habitual, pero con otros registros, otras leyes. Yo, que hasta ese momento me sentìa como materia intangible, tuve, de una forma asombrosa, la experiencia de estar siendo creado por la obra, tuve verdaderamente la sensación abismal de traslación, de entrega absoluta y sorprendente, que comprendìa en ser depositado partìcula a partìcula sobre la tela, con todo lo que era y contaba, con el tiempo y con el espacio que me habian formado, con lo no dicho nunca y lo repetido. la conjunciòn de una gran desvastaciòn con la experiencia vital mas milagrosa que me pudiera suceder.
Estaba siendo configurado por primera vez. Hasta ese momento nunca antes habia podido sentir de esa manera como eran las cosas, no asì, a partir de ese instante, podìa saberlas, podìa ver, saber con certeza como la textura era el dolor mismo, ver de que formas estaban hechas cada una de las ausencias, la luz no era otra cosa que la angustia y el color, deseo o fè, perdida por las evidencias. Supe ahi mismo que la pasion era materia oscura, densa, donde poder sostener toda posibilidad.
Cada uno de los elementos que conforman esa pintura tienen de por si infinitos significados y sentidos, variables y fijos.
Ahí, por primera vez tuve la conciencia de un verdadero acto de gestasìon, no hubo filtro alguno. No habia posibilidad. Vaya a saber de donde y por que, la verdad se presentò. Los momentos de tu ausencia me hallò en el momento preciso, me rescatò, me evidencio tal cual era y me expandiò. Lo sigue haciendo.
Esa pintura, tiene la misma intensidad para mi que en esos tiempos, me veo ahì como en una tomografia emotiva, el registro de mi humanidad, puro y desolodo semèn.

La que cada cual encuentre va a estar bien.

No me encuentro asociado a ninguna tendencia. No puedo. Aunque la incidencia venga de todos lados. Los artistas que me interesan son Munch, bacòn, schiller, giacometti, clemente, julio galan y otros

Liliana porter en recoleta, Marcia schvartz en el sivori