Tomás Espina
Mencionado por
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- Mauro Giaconi
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Biografía
Nací en Buenos Aires en 1975, soy hijo de madre chilena y padre argentino. Por el exilio nos fuimos a vivir a México, después África (Mozambique), finalmente mi madre pudo reingresar a Chile donde falleció en 1989. A los 15 años me vine a vivir a Argentina. Primero a Unquillo, Córdoba, donde nació mi hija. En 1997 me fui a vivir a Buenos Aires, para estudiar arte.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
Creo que uno de los trabajos que más me interesan en este momento, en el que creo que logré la síntesis de varias obsesiones y sin embargo nunca terminó de cerrarme, es una habitación enteramente quemada, pisos y paredes cubiertos de hollín iluminada tan sólo por una pequeña lámpara de 25W. Creo que en su momento mi intención era recrear un espacio violentado por un incendio o una explosión y que el espectador al ingresar pudiera ser testigo de ese desastre. Sin embargo al terminarla e ingresar en ella la sensación era sumamente placentera. El negro total que producía el hollín hacía perder la noción de espacio y era como estar flotando en medio de un agujero negro. Otro factor que se me escapó de las manos fue que la gente a medida que pasaba la muestra fue escribiendo y dibujando con el dedo sobre el hollín de las paredes. Mensajes de amor, espirales, insultos, etc. Todos los días al cerrar el CCEC, el guardián de sala volvía a quemar las paredes para que al día siguiente estuviesen completamente negras y el público volvía a escribirlas a diario. Al finalizar la muestra y limpiar el hollín de las paredes de la sala aparecieron todos los grafismos superpuestos y entrelazados. Ese trabajo que pretendía ser el más sintético y abstracto que había hecho hasta entonces, terminó por ser el más cargado y complejo, lleno de figuraciones de todo tipo. Finalmente la violencia intencional de la sala quemada, violencia expansiva y expulsiva terminó transformándose en otra clase de violencia, una que vino desde afuera hacia adentro. Una violencia centrípeta y colectiva.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Creo que mi trabajo en un principio y por cuestiones circunstanciales, ha sido mal entendido y encasillado dentro de lo que se mal denomina “arte político” o arte que tiene alguna “intención política” (nunca creí en esa clase de denominaciones, ni político ni light ni poliht). Estoy muy lejos de toda intención de ese tipo, incluso creería que por lo general mi intención inicial está muy lejos del resultado final. Creo que lo que plantean esta serie de trabajos son cuestiones que tienen que ver más con problemas de la imagen y su uso. Algunas son imágenes que han entrado dentro del sistema de representación a través de los medios de comunicación masiva, son imágenes instaladas de alguna u otra forma en el imaginario colectivo y en ese punto creo que existe una relación directa entre la pólvora como medio de representación y las imágenes que elijo (veo una relación directa; medios vs pólvora). El problema que me presentó el uso de esas imágenes (instauradas) fue preguntarme hasta que punto no estaban supeditando el material a la representación, entonces tuve la necesidad de torcerle la mano al material y por consecuencia, a la imagen. Eso me puso sobre otro problema, y es que no me interesan tampoco las obras que se sostienen por su pura materialidad. El medio de ese problema creo que es una forma de leer mi trabajo.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Mi formación fue básicamente académica (escuela y taller) y mis referentes más fuertes siempre han provenido del campo de la imagen y más puntualmente de la pintura. Mis referentes históricos son infinitos, la pintura alemana desde Friedrich hasta Oehlen, las corrientes del pop, la artesanía popular, la nueva figuración ¡GRECO! las neo vanguardias.
En el campo contemporáneo y nacional la cuestión se vuelve más complicada, es otra cosa la que me pasa con las producciones de mis contemporáneos, una suerte de atracción fatal, hobby y pasión por lo que se produce actualmente. Me gusta ver los procesos de producción, participar de las discusiones, conocer a los artistas y sus inquietudes dentro de cualquier medio y campo artístico o dispositivo. Por supuesto que hay artistas que me interesan más que otros pero eso no quiere decir que estén o no dentro de una u otra corriente. Yo por mi parte disfruto mucho de obras tan disimiles como la pintura de Fernanda Laguna o la obra de Nicola Constantino, Pablo Siquier como Oscar Benedeccti (de él soy fanático) o Fabián Burgos, me gusta tanto Lamothe como Gómez Canle, Navarro como De Caro, Pereira o Masvernat, León o Gordin, Pruden o Gallardo….etc. Incluso hay determinadas obras que me gustan y me influencian fuera del resto de la producción del artista.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Así como soy ecléctico en cuanto a mis intereses por la producción contemporánea nacional también me pasa algo similar con las muestras, incluso he visto muestras que no me han parecido para nada buenas pero de las cuales puedo rescatar una o dos obras o ideas que resguardo y con ellas puedo seguir adelante.
Si tuviera que elegir dos muestras que realmente me han significado en los últimos años, una es la retrospectiva de Arthur Bispo do Rosario, Bienal de SP 2000. Creo que nunca me sentí tan desprotegido frente a la producción de alguien, tan pequeño y tan insignificante. Veía resumido el universo entero en su obra. Desde el aislamiento más tremendo, como puede ser un neurosiquiátrico se había despojado de todo para acceder y recrear toda la historia de la humanidad con un solo objetivo, presentársela a Dios a la hora de su muerte…
La otra muestra que podría decir que me ha perturbado fue la última Bienal de SP 2007. No porque me haya gustado o no, ahí no caben los me gusta o no me gusta, sino porque aún no tengo herramientas para poder digerirla, ahí no había espacio para el placer hedonista, todo era puro pensamiento en ebullición en contraposición radical con todas las tendencias híper-ultra-espectaculares de los eventos internacionales de arte contemporáneo. Esta bienal postuló de manera impredecible preguntas que son muy difíciles de digerir y que como artista siempre están rondando ¿para quién trabajamos?, ¿qué es trabajar en arte?, ¿qué es arte? ¿quién quiere arte? ¿para qué? ¿quién está a mi lado? ¿le sirve lo que hago al de al lado? ¡Ahí al ladito! Esa bienal replantea el lugar del artista dentro de una sociedad y corriendo el riesgo de despedirse para siempre de la palabra “obra de arte” deja entrever que el artista no es un creador, es un posibilitador, es un mensajero…
5. ¿Cuáles son los agrupamientos o tendencias que percibe en el arte argentino de los últimos diez o quince años a partir de elementos comunes?
Creo que hoy la cuestión de las corrientes estéticas es algo que es muy débil para pensar las producciones contemporáneas y sus relaciones, porque es algo que se está generando y regenerando constantemente. Creo que actualmente los artistas y las obras se vinculan de otra manera, sin una raíz mamá o un tronco papá y eso me parece muchísimo más rico a la hora de generar formas de pensamiento crítico dentro de una comunidad. Por otro lado tengo una fuerte sensación y eso es algo muy personal, que últimamente existe una creciente demanda externa en cuanto a lo que se refiere a “arte contemporáneo”, y es una demanda de producto, una demanda que pone de moda a un artista u a otro según preceptos que son totalmente circunstanciales y que responden a tendencias o de mercado o institucionales. Hoy lo que se pide a un artista joven es más que lo que él puede dar, es una suerte de profesionalización del estudiante de arte y eso creo que va en detrimento de su propia capacidad de crear y de escuchar sus propias demandas internas (si las tuviera) y por sobre todo de pensar fuera de prejuicios y cuestiones del circuito del arte. Un ejemplo claro de eso es que en Argentina el evento cultural más importante sea una feria de galerías, donde más allá de un par de excepciones por lo general accidentales, solo se encuentran respuestas a las demandas del mercado y ninguna pregunta. Y la única pregunta que surge de ahí es ¿cómo me recupero ahora de ese vacío? ¿dónde hay algo verdadero?, ¿dónde está esa cosa extraña que alguna vez aparece y que alimenta ese virus escurridizo y pegajoso?.