Biografía
Nací en S.C. de Bariloche en 1975, en el '94 me mudé a Buenos Aires, estudié Bellas Artes en la Prilidiano Pueyrredón y me recibí de licenciada en el I.U.N.A. Asistí al taller de análisis de obra de Tulio de Sagastizábal. La primera muestra individual la hice en La tribu, y la llamé "Las 34 hectáreas". La siguiente se llamó "Temporal" en el C.C. Recoleta, "Reconstrucción Material", en Baltar Contemporáneo, Mar del Plata, y la última este año "Acontecimientos Simultáneos", en el Palais de Glace.
Mi trabajo docente comenzó como ayudante en la cátedra de pintura de Carolina Antoniadis en la P. Pueyrredón, luego con Pablo Siquier, en el taller de Dibujo Experimental, en la escuela Ernesto de la Cárcova. Actualmente soy docente en la cátedra de Carlos Bissolino I.U.N.A y en el taller particular con Leila Tschopp.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
La obra que me representa es la que estoy por hacer.
En este caso hablaré de "Reconstrucción Material", una muestra que hice en Mar del Plata, en el espacio de Baltar Contemporáneo, año 2006.
Allí trabajé dibujando las paredes de la sala. Los dibujos partieron de un sueño. La idea era comenzar con algunas imágenes que recordaba claramente: unos lobos blancos que me miraban perplejos y que brillaban en la oscuridad, un auto en el cual paseaba con amigos... y lo demás fue surgiendo en el momento de empezar la acción de dibujar.
La experiencia fue maravillosa, primero por trabajar directamente en las paredes
(algo que no estaba haciendo) y porque los materiales utilizados me permitieron acceder al dibujo desde otro lugar. Usé carbonilla como primer intento de ubicarme en el espacio, para construir las escenas, y luego comencé a trabajar con el pincel y fue ahí que todo comenzó a unirse. Dejé dibujos en carbonilla, pinté con varios tonos grises y utilicé mucho negro. Al principio el espacio parecía mi taller, hacía y deshacía dibujos. El día de la inauguración el relato giraba en torno del sueño y de la experiencia con el dibujo. El trabajo estaba en proceso. Podía haber seguido todo el mes dibujando o podía dejarlo así como estaba.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Está presente en mi trabajo la idea de contar algo, busco un relato que me sirve de disparador. Las capas de trabajo me llevan a un sitio distinto del punto de partida. La mejor sensación es la de estar perdido.
Me interesa que la persona que lo mira pueda hacer su recorrido, su viaje. Que parta también de una idea y llegue a otra. Sugiero estar presente y dejarse llevar por lo primero que piensen y sientan.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Me identifico con los dibujantes, con el género historieta, con el cine mudo, con la literatura fantástica.
Algunos referentes contemporáneos: Muñoz y Sampayo, Tulio de Sagastizábal, Carolina Antoniadis, Pablo Siquier, Julia Masvernat, Leila Tschopp, Erica Bohm, Leticia El Halli Obeid, Marcela Sinclair, Lorraine Green, Catalina León, Matías Duville, Eduardo Basualdo, Raymon Pettibon, Mónica Giron, Petra Mrzyk and Jean-François Moriceau, Max Gómez Canle, Karen Kilimnik, Neo Rauch, Magdalena Jitrik, Mariela Scafati, Kara Walker.
De las generaciones anteriores: Eduard Munch, Gustave Courbet, Victtorica, Delacroix, De Chirico, Edward Hopper.
También considero referentes a todos los que participan a nivel de contexto personal y que no derivan exclusivamente de las artes plásticas.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
La muestra de Catalina León, en Sendros, en el 2004 me gustó mucho, sobre todo la sala que tenía las piezas de yeso pintadas desparramadas en el suelo, eran escombros trasformados en tesoros.
Un cuadro de Julia Masvernat que vi en el CCEBA hecho con tiras de cinta de papel pintadas, una pintura abstracta tan meditada y tan accidentalmente construida. Una baldosa pintada por Marcelo Pombo.
La muestra retrospectiva de Victtorica en el C.C. Recoleta la recuerdo como el momento que entendí la pintura como una posibilidad auténtica de conocimiento.
La plaza del pulmón de manzana emplazada en una fábrica en desuso, realizada en el 2004 por Julián D'Angiolillo, representó una experiencia escalofriante y conmovedora. El tránsito, el sonido que acompañaba los pasos en cualquier dirección que uno intentara recorrer el lugar, la iluminación y los materiales utilizados para la construcción y redefinición de ese espacio parecían envolver al visitante, al paseante en un estado de sueño. El trabajo de Provisorio Permanente en Ruth Benzacar, esa escena para mí era un dibujo llevado al espacio, una historia congelada pero que desprendía muchas imágenes que la secundaban. La muestra de Eliana Heredia en 713, en el 2007. Me impactó la sala principal donde había un huracán de goma espuma, mezclado con piezas de todo tipo de materiales sin caer en la anécdota del material, se transformaba en otra cosa, pasaba a cobrar una vida más allá del material.