Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
Elijo dos obras relativamente recientes (2010 y 2012):
“Conejo sueña con un castillo de hielo”, 2010, 120 x 120 cm, acrílico sobre tela.
Esta obra es clave en mi búsqueda pictórica porque actuó como bisagra entre una forma de pintar y otra donde el movimiento del cuerpo en su totalidad es clave. La elijo porque todavía me hace viajar.
“Emerge”,2012, 120 x 120 cm, acrílico sobre tela.
Esta obra es muy reciente, y afianza mi nuevo color, que sigue teniendo una fuerte impronta del trabajo con la luz, la aparición y la desaparición en el campo visual.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Como quien tira del hilo de un ovillo.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
No me reconozco en ninguna tradición particular, me interesa los grupos de trabajo bien heterogéneos (participo en Excursionistas y Latente). Como dicen por allí, del igual te fortalecés, pero del diferente aprendés. Sí tengo referentes de diversas disciplinas que de alguna manera me conmovieron y están presentes en mi trabajo, pero no por similitud de estilos necesariamente: Wilde, Kertesz, Turner, Polke, Hugo, Lynch, Houellebecq, Orozco, Klimt, Bacon, Ernst, Porter, Caroll, Fellini, los hermanos Cohen, Brothers Quay, Taskovsky, Santoro, El Bosco, Goya, Böklin, Richter, Bowie, Carver, Beckett, Kipoor, Kafka, Herzog, Calvino, Gondry, Cheng, Piazzolla, Air, la música negra, la pintura china y japonesa, Miyasaki, la serie Samurai Champloo.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Leandro Erlich en Ruth Benzacar por su sorpresa permanente y su calidad impecable.
Todas las de Saraceno, por su audacia lúdica.
Villar Rojas en la Bienal, por su idea de transformación.
“Cuentos para no dormir” en FNA, por el vuelo y la consistencia tanto de obras como de artistas.
La propuesta del espacio Contemporáneo en el Borges que coordinaba Laura Spivak, por haber creado de la nada un espacio vital de lo nuevo.