Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
Me gustan las fotografías espontáneas, incluso saturadas o pixeladas, que pueden ser tomadas hasta con un celular. “Alegría express” es una fotografía digital de toma directa. La saqué con una cámara Nikon de bolsillo y no tiene retoques posteriores. La toma duró 4 segundos y fui moviendo la cámara con mi pulso. Las luces artificiales de neón formaron una nueva estructura en la imagen. Hice varias tomas hasta llegar a esta.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Mi obra se centra en la búsqueda de la belleza y de lo pictórico. En esta serie, Lumínicas, priorizo la espontaneidad de la toma por sobre el tecnicismo o el dispositivo de disparo. Propongo un ejercicio para la mirada: un debate entre lo figurativo y lo abstracto, entre lo artificial y lo natural, entre la fotografía y la pintura. Se trata de fotos que parecen instantáneas, casuales, erróneas, pero tienen mucho desarrollo y horas detrás de cámara, y tal vez por eso mismo no se agotan. Me adueño de algo que parece una limitación para llevarlo al extremo.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
No me reconozco dentro de una tradición en particular; son múltiples las influencias. Me interesan innumerables artistas. Mis referentes contemporáneos nacionales en fotografía son, entre otros, Santiago Porter, Esteban Pastorino, Eduardo Carrera, Nicola Costantino, Entre los fotógrafos internacionales, Atta Kim, Jeff Brouws, Paul Jasmin, Vik Muniz y Sebastião Salgado.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Elijo la instalación “El hombre con el hacha y otras situaciones breves” (MALBA, 2013), de Liliana Porter, porque es un tsunami. En palabras de la artista “El tiempo –y la muerte– arrasan con todo. Como el hombre con el hacha, va destruyendo todo. Desaparece el pasado, pero queda en la memoria, en los libros y las imágenes, y condiciona el futuro”. La elijo porque creo que ha consagrado definitivamente a la artista en nuestro país, porque es una muestra de un espíritu joven, contemporáneo, y porque su curaduría y montaje han sido impecables. Ella trabaja metafóricamente la idea de la fuerza, de lo minúsculo, de la acción y la destrucción, integrando disciplinas.
Otra muestra que destaco es “La Donación”, de León Ferrari, en el MAMBA (2015). Porque expuso de manera integral la producción multifacética de este gran artista, y a la vez permitió disfrutar y admirar la coherencia de Ferrari a través de todas sus etapas. Erotismo, política, irreverencia y revolución.
5. ¿Cuáles son los agrupamientos o tendencias que percibe en el arte argentino de los últimos diez o quince años a partir de elementos comunes?
Voy a recortar la respuesta al campo fotográfico. Como tendencia general, creo que en estos últimos años la fotografía logró instalarse, finalmente, como un arte mayor. En nuestro país, creo que alcanza con pensar en la gran muestra de Mario Testino en el MALBA, en el protagonismo que le dan a la fotografía en el Palais de Glace (extendiendo la muestra de fotografía y fotoperiodismo por la gran convocatoria), o en la reciente apertura de la Fototeca Latinoamericana (FoLa).