Biografía
Empecé a sacar fotos cuando estaba en el colegio secundario. Dado que varios compañeros míos sacaban, quise hacerlo yo también. Me compré una Minolta en un Banco Ciudad que hacía remates. Tomé fotos con esa cámara durante muchos años.
El cambio más radical fue el paso a la digital, que me permitió explorar todo lo que es retoque digital y profundizar en el trabajo de la imagen de una manera mucho más libre. Trato de mantenerme abierta a las nuevas posibilidades, de toquetear todos los botones. Puedo pasar horas retocando una misma imagen, siempre se puede deshacer y eso tiene algo de permisivo. Cada vez que me siento frente a la computadora quiero que el trabajo se componga de búsqueda y de juego, de intencional y azaroso. Quiero dejar una parte de la imagen que no pueda ser traducida en palabras, una porción sobre la que nada puede ser dicho y esa porción es generalmente la que surge en forma natural, la que emerge de forma espontánea en el proceso del hacer.
Además de la fotografía también me gusta hacer experimentos diversos. Uno de los más exitosos fue el trabajo con diapositivas. Trabajé como una detective poniendo diferentes cosas y viendo cómo se veían en el proyector. Con la excusa del arte, uno puede jugar mucho. Al final, por suerte, me voy dando cuenta que esas imágenes me representan y al mismo tiempo me ayudan a verme a mí misma de una forma diferente. En ellas está plasmado el placer del hacer, el goce increíble que representa para mí sentarme a componer, y eso es lo que quiero compartir. Logré transformar energías muy diversas en imágenes. Eso es lo que valoro de mi trabajo. No tengo cámara profesional, nunca estudié fotografía, pero tengo el impulso y aprendí a dejarme llevar.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
Elegiría la foto “Flor” porque es la primera de una serie enorme.
En realidad, es un tema que vengo trabajando desde hace mucho y he avanzado por lugares nuevos que me han sorprendido incluso a mí. He llegado al punto en el que me doy cuenta que hay ciertas temáticas, ciertos motivos, técnicas y formas de la imagen de las que no podría cansarme, y eso es muy positivo porque posibilita que vaya encontrando caminos que me satisfacen y, al mismo tiempo, me incentivan a seguir buscando. Una de esas cosas en las que me siento muy cómoda es hacer acercamientos muy importantes y desfigurar a través del retoque digital.
El tema de la materialidad es muy delicado en la fotografía, sobretodo en los nuevos soportes. Tengo muchísimas fotos que nunca tocaron el papel. Muchas de ellas nunca lo harán, por lo que su materialidad es un tanto esquiva como obra, sus medidas pueden cambiar según la impresión, incluso el tipo de papel sobre el cual se imprimen.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Es difícil determinar un camino a seguir quizás, un poco ingenuamente, me gustaría decir que la imagen habla por sí misma. Desearía que quienes las vean hagan de ellas lo que quieran, se las apropien en un sentido interpretativo porque en definitiva las imágenes no son nada sin alguien que las signifique (ya sé que esto es una obviedad enorme).
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Como estudiante de Historia del Arte me gustan muchísimos artistas. En mi opinión, cada período tiene genios que se ven condicionados por su medio pero que pueden ser libres de revolucionarlo y renovarlo. Creo que soy producto de mi era, porque la apertura que existe ahora permite una diversidad de técnicas, temáticas que abren el juego, que abren el campo a nuevas dinámicas. Referentes contemporáneos tengo muchos. Creo que ningún artista que se precie de tal pueda decir que nunca haya “robado” una idea, que no lo haya hecho cuando va a una muestra; cuando ves algo que te gusta tomás elementos y los volcás en tu trabajo. Es necesario dejarse influir.
Desde que trabajo en el Espacio de Arte Juana de Arco, al cual le debo muchos de mis adelantos artísticos, he tenido el placer de conocer a artistas geniales y a personas creativas y talentosas de las cuales me nutro todos los días al convivir con sus obras. El mundo del arte por ahora me ha mostrado todas sus caras generosas, porque estas personas me permitieron conocer otras nuevas personas y he descubierto que las redes personales son en muchos casos las que sostienen las obras, la producción y el rasgo de fuertísima carga emocional que tiene para un artista exponer su obra.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Vi muchas cosas que me han gustado estos últimos años y muchas otras que me parecieron chantas o pobres. Pienso que eso es muy positivo, porque lo malo nos ayuda a poner en relieve lo que es realmente bueno (otro cliché enorme).
De los artistas locales, me gustaría destacar a muchos. Creo que la presencia de la Galería de Arte Belleza y Felicidad en el ámbito local fue muy significativa, porque permitió la emergencia de artistas nuevos que iban de la mano con una forma novedosa de entender lo que una galería de arte es o debe ser.
Tengo un enorme respeto y admiración por Fernanda Laguna. También, por lógica cercanía, admiro a los artistas con los que estoy trabajando: Dani Vega, Viky Vitar, Rodrigo Vázquez, Carmen Rocher, Gaba, Laura Pérez Campana, Patricio Larrambebere, Elena Losón, Gabriel Baggio, Noelia Yagmourian, Julián Terán, Cynthia Kampelmacher, Constanza Martínez, Natalia Cristófano, Fernado Goin, etc. Los artistas de Juana de Arco me dieron una posibilidad muy productiva, una nueva dimensión de acercarme al proceso del hacer.