Dolores Esteve
Biografía
Soy Dolores, nací en 1978 en Córdoba, donde aún vivo y trabajo. Muchas veces traté de escaparme de aquí pero al final siempre vuelvo. Me gusta poder ver las sierras desde la terraza de mi casa. En Buenos Aires me quería morir.
Desde hace varios años trabajo con la fotografía, mi vida está dividida entre lo que hago para ganar dinero (publicidad y modas) y lo que hago para mí, que generalmente es reformular esos mensajes engañosos o exitistas. Una suerte de contestación en el mejor de los casos. De todas maneras estoy cansada de estar dividida y me estoy concentrando en ser yo.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
Me gustó hacer la foto de la caja de alfajores vacía que representaba a Córdoba. Fue divertido investigar el mercado de alfajores locales y elegir las cajas más berretas como modelo para construir la mía, con fotos pixeladas de las gordas que se bañan en el Fantasio.
Después hice una toma de producto aburridísima (como debe ser) y la hice copiar a un tamaño considerable.
Me acuerdo que sentía mucho odio (y lo sigo sintiendo) hacia los discursos marketineros pedorros que abundan en todos los ámbitos hoy en día, sobretodo los sostenidos por las clases dirigentes de turno. De ahí nació la idea de la obra. Lo gracioso es que presté la obra para la inauguración del Museo Caraffa (un acto improvisado y descaradamente propagandístico) y las autoridades me pidieron que la done a la colección. Creo que ni siquiera la deben haber mirado con atención.
Yo dije que sí, obvio.
Me encanta pensar en mi caja de alfajores en el sótano del Palacio Ferreyra como un silencioso terrorista.
Después hice una toma de producto aburridísima (como debe ser) y la hice copiar a un tamaño considerable.
Me acuerdo que sentía mucho odio (y lo sigo sintiendo) hacia los discursos marketineros pedorros que abundan en todos los ámbitos hoy en día, sobretodo los sostenidos por las clases dirigentes de turno. De ahí nació la idea de la obra. Lo gracioso es que presté la obra para la inauguración del Museo Caraffa (un acto improvisado y descaradamente propagandístico) y las autoridades me pidieron que la done a la colección. Creo que ni siquiera la deben haber mirado con atención.
Yo dije que sí, obvio.
Me encanta pensar en mi caja de alfajores en el sótano del Palacio Ferreyra como un silencioso terrorista.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Sin sugerencias.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Esta es difícil: me gusta mucho el arte conceptual de los '70 por lo despojado y radical. El arte performático (en sus buenos ejemplos) me parece el más interesante y audaz. En ese sentido Joseph Beuys es para mí el ejemplo más preciado de un artista de verdad, inteligente.
Sin embargo mi producción es totalmente objetual y estética, creo que no soy tan valiente como para hacer arte de verdad.
Sin embargo mi producción es totalmente objetual y estética, creo que no soy tan valiente como para hacer arte de verdad.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
No voy mucho a muestras últimamente porque me aburro. Creo que lo más coherente que vi fue la performance de Sole Sanchez en el CCEC hace unos años en el contexto de una feria de diseño local. Supongo que la habían invitado porque su proyecto Livais juega con el lenguaje de la moda.
La acción pasó acaso desapercibida entre tanto desfile y percheros con ropita trendy.
Sole aprovechó su participación para crear un contraste abrumador entre lo que pasaba en el resto del centro cultural y la pequeña sala en donde se proyectaba un video-denuncia de las torturas en la cárcel de Guantánamo y ella misma en el piso reproducía la postura que los presos son obligados a mantener día y noche.
Cuando salí y vi a la gente tomando Campari y sacándose fotos pensé que necesitamos más arte que nos despierte y menos especulaciones intelectuales-estéticas. Eso aburre, el arte ahora tiene que ser contundente.
Cuántos de nosotros podemos realmente hacerlo?
La acción pasó acaso desapercibida entre tanto desfile y percheros con ropita trendy.
Sole aprovechó su participación para crear un contraste abrumador entre lo que pasaba en el resto del centro cultural y la pequeña sala en donde se proyectaba un video-denuncia de las torturas en la cárcel de Guantánamo y ella misma en el piso reproducía la postura que los presos son obligados a mantener día y noche.
Cuando salí y vi a la gente tomando Campari y sacándose fotos pensé que necesitamos más arte que nos despierte y menos especulaciones intelectuales-estéticas. Eso aburre, el arte ahora tiene que ser contundente.
Cuántos de nosotros podemos realmente hacerlo?