Julián Gatto
Mencionado por
- Guillermina Baiguera
- Pablo Cabrera
- Aili Chen
- Alejandro Fangi
- Paulo Fast
- Lola Goldstein
- Ignacio Iasparra
- Juan Moralejo
- Maricel Nowacki
- Alina Schwarcz
- Guillermo Ueno
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- Guillermina Baiguera
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- Maricel Nowacki
- Guillermo Ueno
- Máximo Pedraza
- Lilian Van Esso
Biografía
Nací el 5 de marzo de 1979. La primera vez que usé acuarelas debía tener cuatro o cinco años y pinté un dibujo con mi papá Alberto. Quedamos los dos muy conformes y hasta lo mandó a enmarcar, pero ahora que lo veo en realidad hizo casi todo él.
A los 22 dejé la carrera de diseño gráfico en la UBA para irme a estudiar a Nueva York, en una escuela que se llama The Cooper Union. Estando allá volví a dibujar mucho, aprendí a hacer grabado y serigrafía, fui mucho a algunos museos y tuve algunos profesores muy buenos. Me gradué en el 2006 y a los dos meses volví para acá. Ahora vivo en Colegiales y manejo con algunos amigos un local que se llama Canasta.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
A decir verdad me cuesta pensar en una pieza que me represente. Lo primero que se me viene a la cabeza son partes de diferentes dibujos, detalles. Y esos detalles son muy significativos para mí porque responden a una idea que todo el tiempo estoy tratando de articular, que sería básicamente lograr que los medios que uso para dibujar se transformen en las cosas dibujadas. Que la acuarela se transforme en madera o agua o moho, o que el lápiz sea roca o corteza de un árbol o carbón. A veces pasa y a veces no. Todavía no estoy seguro que sea algo que pueda controlar. Creo más bien que se trata de crear las condiciones necesarias para ver si en una de esas pasa.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
No me corresponde sugerir de qué manera se lee lo que hago. Me interesa que cada persona genere su propia lectura. Sólo trato de crear una serie de condiciones en el dibujo que responden, de alguna manera, a climas, estados de ánimo, situaciones espaciales. Hace un tiempo un amigo me pasó una entrevista a Arnaldo Calveyra donde decía que lo que quería era lograr una especie de calor, de energía, que se da cuando las palabras se juntan unas con otras. Me gustaría, algún día, poder lograr algo así pero con dibujos.
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
¿Tradición? ¿Qué tradición? La tradición desapareció. Ahora todo flota a la vez, en una especie de piletón de agua sospechosamente tibia. Así que los referentes contemporáneos son TODO. Que seguramente sea lo mismo que decir NADA: “¡Nada, si puedes!”.
Claro que hay algunos que nadan con mucho estilo (por más que la pileta esté casi toda meada) y lo vienen haciendo desde hace mucho.
Otros se tiran de bomba y se hunden enseguida. Otros juegan en la arena sucia. Otros chapoteamos (o damos brazada de ahogado), etc. Pero hablando en serio, me encantaría poder reconocerme dentro de a una tradición. La de las acuarelas de Xul Solar, Dürer y Palmer, las fotos de Atget y Fenton, los retratos de Holbein, las películas de Tarkosvky, Ozu, Bresson, los grabados de Hokusai y Hiroshige… Pero no sé si se puede. Quizás sí. No estoy seguro, pero creo que es hora de dejar de estar peleados con el pasado, o quejarnos de cuanto nos pesa.
Claro que hay algunos que nadan con mucho estilo (por más que la pileta esté casi toda meada) y lo vienen haciendo desde hace mucho.
Otros se tiran de bomba y se hunden enseguida. Otros juegan en la arena sucia. Otros chapoteamos (o damos brazada de ahogado), etc. Pero hablando en serio, me encantaría poder reconocerme dentro de a una tradición. La de las acuarelas de Xul Solar, Dürer y Palmer, las fotos de Atget y Fenton, los retratos de Holbein, las películas de Tarkosvky, Ozu, Bresson, los grabados de Hokusai y Hiroshige… Pero no sé si se puede. Quizás sí. No estoy seguro, pero creo que es hora de dejar de estar peleados con el pasado, o quejarnos de cuanto nos pesa.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Creo que todavía me falta perspectiva (hace diez años tenía 16) como para poder decir que fue o no significativo en esta última década y media. Pero tomando en cuenta esa limitación, menciono dos cosas bastante recientes que a mí me movilizaron: una es la gestión y el espacio creado por la gente de Médanos, primero como Centro Cultural y después mutando en su actual forma, viAjo. Creo que la propuesta que tienen va a ser clave para tratar de generar una discusión mucho más interesante y dinámica en términos de prácticas, estrategias, interacción y, sobre todo, la articulación de nuevos espacios para el encuentro de personas y la generación de trabajo, o energía, en ésta, la Argentina del Siglo XXI. ¡XXI es el futuro, y ya empezó!
La segunda cosa fue Hawaii, la edición de fotografía, video, música, poesía, bordados y dibujos curada por Guillermo Ueno. Fue significativa, creo, porque empezó y terminó (todas las cosas buenas terminan y Hawaii terminó cuando tenía que terminar) y en ese lapso de 3 ó 4 años abrió una serie de posibilidades (queda por ver si alguien tomará la posta de lo que Hawaii abrió) y creó el tipo de formato necesario para todos esos gestos íntimos que cuando confluyen se potencian exponencialmente.
La segunda cosa fue Hawaii, la edición de fotografía, video, música, poesía, bordados y dibujos curada por Guillermo Ueno. Fue significativa, creo, porque empezó y terminó (todas las cosas buenas terminan y Hawaii terminó cuando tenía que terminar) y en ese lapso de 3 ó 4 años abrió una serie de posibilidades (queda por ver si alguien tomará la posta de lo que Hawaii abrió) y creó el tipo de formato necesario para todos esos gestos íntimos que cuando confluyen se potencian exponencialmente.
5. ¿Cuáles son los agrupamientos o tendencias que percibe en el arte argentino de los últimos diez o quince años a partir de elementos comunes?
Creo que esto nos lleva nuevamente al tema de la tradición: como todo está tan fragmentado, las tendencias son variadas y cambian todos los meses porque nadie sabe qué va a pasar. Pero todos sabemos que algo hay que vender.
Lo que más me llama la atención en Argentina es este boom del arte “joven”. Todo es “joven”. Yo también soy un “artista joven”, por ahora. Hasta los artistas con más... ¡ejem!, experiencia, creo, buscan irradiar el look “joven”. Lo “joven”, la novedad, lo novedoso. El otro día hablaba con una amiga (que también es joven) y me decía que no tenía tiempo para leer un libro de principio a fin. Su trabajo es trashy –pega cosas con cinta scotch, hace bollitos de papel de alumnio, etc). Ella es muy inteligente y súper informada en todo lo que responde a la categoría de contemporáneo, claro. “Pego las cosas así porque esto es urgente, no tengo tiempo para que se vea bien. Hay cosas más importantes”, dice. Y es cierto. Hay cosas más importantes…
La novedad (por ahora) es el trash. Hay mucho, mucho trash. Y hay mucha, muchísima ansiedad. Y no alcanza que la vivamos en carne propia, ahora también la tenemos que mirar, saber apreciar. Supongo que para muchos es significativo, o novedoso, o radical o subversivo. Pero, ¿qué es lo novedoso, qué es lo radical de ser una víctima de los tiempos que corren? ¿Qué es lo subversivo en la fealdad, cuando vivimos en un mundo donde ya, prácticamente, casi todo lo que nos rodea es horrible? ¿Qué es lo significativo en aglutinamiento de objetos de consumo (ya sean desechos o no), en una postura que obedece a las leyes y lógicas del sistema?
Los surrealistas demostraron mejor que nadie el poder subversivo inherente en los objetos, sin necesidad de demasiado artificio. Sólo imaginación y poesía. Hace poco vi el tablero de ajedrez diseñado por André Breton: copas de cristal de diferentes tamaños, 16 con vino blanco y 16 vino tinto, sobre un tablero hecho de espejos.
Lo que más me llama la atención en Argentina es este boom del arte “joven”. Todo es “joven”. Yo también soy un “artista joven”, por ahora. Hasta los artistas con más... ¡ejem!, experiencia, creo, buscan irradiar el look “joven”. Lo “joven”, la novedad, lo novedoso. El otro día hablaba con una amiga (que también es joven) y me decía que no tenía tiempo para leer un libro de principio a fin. Su trabajo es trashy –pega cosas con cinta scotch, hace bollitos de papel de alumnio, etc). Ella es muy inteligente y súper informada en todo lo que responde a la categoría de contemporáneo, claro. “Pego las cosas así porque esto es urgente, no tengo tiempo para que se vea bien. Hay cosas más importantes”, dice. Y es cierto. Hay cosas más importantes…
La novedad (por ahora) es el trash. Hay mucho, mucho trash. Y hay mucha, muchísima ansiedad. Y no alcanza que la vivamos en carne propia, ahora también la tenemos que mirar, saber apreciar. Supongo que para muchos es significativo, o novedoso, o radical o subversivo. Pero, ¿qué es lo novedoso, qué es lo radical de ser una víctima de los tiempos que corren? ¿Qué es lo subversivo en la fealdad, cuando vivimos en un mundo donde ya, prácticamente, casi todo lo que nos rodea es horrible? ¿Qué es lo significativo en aglutinamiento de objetos de consumo (ya sean desechos o no), en una postura que obedece a las leyes y lógicas del sistema?
Los surrealistas demostraron mejor que nadie el poder subversivo inherente en los objetos, sin necesidad de demasiado artificio. Sólo imaginación y poesía. Hace poco vi el tablero de ajedrez diseñado por André Breton: copas de cristal de diferentes tamaños, 16 con vino blanco y 16 vino tinto, sobre un tablero hecho de espejos.