Vladimir Bellini
Mencionado por
Mencionó a
- Andrés Borghi
- Lucila Las Heras
- Mint
- Pablo Polledri
- Alejo Rotemberg
Biografía
Nació en 1980 en Lanús, Argentina.
Estudió Diseño de Imagen y Sonido en la UBA. Dedica su tiempo a investigar, aprender y utilizar herramientas de animación.
Su primer cortometraje “La grúa y la jirafa” -estrenado en el BAFICI 2006- fue proyectado en más de 300 festivales alrededor del mundo y ganó -hasta ahora- 30 premios internacionales; se destacan el Encouragement Prize for Animation, Media Arts Festival de Japón; Hida Animation Festival, Japón y el hecho de haber sido ternado como mejor corto en los Premios Condor de Plata 2006. Este corto, además, recibió premios a la mejor banda sonora.
Se suele encontrar a este artista en su estudio de animación en Caballito, siempre listo para embarcar nuevos e intrigantes proyectos animados que subrayen la poesía audiovisual.
Visión del arte
La premisa de la historia es: si el amor no tiene límites, ¿Por qué no pueden enamorarse de un flechazo una grúa solitaria que trabaja todo el día y una jirafa que por casualidad llega en un barco? Con la motivación adecuada nada es imposible.
Fue hecha como tesis de la materia troncal de la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, Animación -yo no sabia nada de animación antes de esta materia anual- donde pude aprender todo del gran Rufo Sáenz Valiente, donde aprendí que la idea lo es todo, que la técnica sirve de mucho, pero que la idea es lo más importante. Si se tiene en cuenta un tema que nos mueve y una premisa que se quiere contar al mundo, se bajará a una idea de la cual uno se emocionará con tan sólo pensarla.
Me gusta usar / pensar en elementos comunes que parezcan no tener vida frente a la presencia del hombre pero que oculten una sutil paciencia al esperar a que nos vayamos del cuarto para poder continuar con su vida animada. Como las grúas de un puerto, que pueden cobrar vida, o las torres eléctricas de las rutas.
Por ahora, me pone contento usar tiempos cortos de trabajo (cortometrajes animados, no más de 10/15 minutos), ya que trabajo cuadro a cuadro sin procesos automáticos en una tableta digitalizadora. Mi primer corto lo hice con una Genius de 60 USD y una computadora hogareña en formato PAL 720 x 576 a 12 cuadros por segundo, animando a 5 o 6 capas (el fondo fijo y capas de líneas y color de relleno animadas). Uso el tvpaint animation -antes llamado newtek aura v2.5b- y me encanta el proceso manual del cuadro a cuadro, que le da una vida tremenda. Admito que no soy un buen animador. No tengo el oficio, ni la técnica aceitada. Pero bueno, tengo muchas ganas de mostrar algunas ideas y es la forma que por ahora me viene gustando.
Para trabajar, primero busco un tema que quiera contar. A veces salen de personajes de los que me enamoro, o de situaciones o espacios. Empiezo a investigar -internet es una gran ayuda para esto- sobre esos elementos y trato de pensar qué me pasa en ese momento a mí. Qué siento la necesidad de contar. Y trato de unir puntos entre eso que yo quiero contar y estos elementos, qué hay en común, qué hay de distintivo. Y qué pueden sentir esos elementos, objetos, personajes.
A partir de ahí, trato de dar mi opinión sobre el tema y construir una premisa. Esto es lo más difícil, es el tronco de la idea, de lo que todo se tiene que sostener, y es lo que más tiempo me lleva. Todo esto, trato de hacerlo mientras dibujo y voy probando. Creo que si uno está quieto sin hacer nada, no viene nada; pero si uno está trabajando, y de golpe viene la ficha y cae, entonces la cosa funciona. A veces me pongo mal por no estar tanto tiempo dibujando, porque me parece que me juega en contra.
Lo fundamental, es tener algo que contar. Eso es lo más importante. Y eso que uno quiere contar, que lo emociona, tiene que ser algo que uno quiere que el otro sepa y que ayude. La forma viene después, pero el contenido es importantísimo. Cuando ya sé lo que quiero contar (el tema suele ser una sola palabra y la premisa una oración) la escribo en una hoja grande y la pego en la pared. Eso me acompaña durante el resto del proceso. Después, vuelvo a los personajes que me posibilitaron arrancar, para ver qué me generan. Y bueno, armo una historia que parte del tema y la premisa. Y a veces salen cosas, y otras se guardan para después. Pero todo esto implica tiempos largos. Cuando todo se va formando como piezas Lego y están todas puestas en su lugar, armo muchas hojas con líneas de tiempo, para ver dónde va cada parte, cada cambio, dónde entra el primer cambio en el guión, qué tiempos va a llevar cada cosa. Esto es medio complicado, pero muy necesario. También es necesario tener un cronómetro y actuar el corto. Me gusta actuarlo con el cronómetro que tengo, que te permite separar en subtiempos y dividir acciones. En realidad se usa para contar vueltas de un corredor, me imagino, pero funciona de la misma forma: cada vuelta que corro sería como una acción, y la carrera entera sería el corto. Esto permite que te dés una idea de los tiempos. El timing en animación no es más que determinar cuánto tiempo genera cada acción y si es acorde al modo de moverse del personaje, que depende de cómo está en ese momento y qué siente. Esto, también es complicado, pero ayuda mucho.
A veces me filmo con una cámara digital cualquiera. Lo bajo a la pc y puedo ver los movimientos en frames, lo que ayuda mucho en cuanto al timing, porque hace que la cosa te quede más, te permite entender cómo se mueve un personaje del cual vos querés contar algo. Lo fundamental es sentar la cola y dibujar como loco. Con todo esto que ya se hizo, hay que armar un storyboard animado y ver si los tiempos funcionan. Ver si algo queda muy largo o muy corto, o quizás no es tan necesario y no sirve a la premisa/tema. Todo depende de la idea. Todo como un río desemboca en el océano que es la idea. Es lo que importa por sobre todo lo demás.
No me gusta pensar en planos o cómo hacer para montar cada plano respecto a alguna teoría o que sé yo. Me parece que lo más importante es seguir la idea. Si la idea necesita esa imagen, entonces va, si no ayuda a la idea , no va. Si solo necesito una cara porque es el rostro lo que cuenta, entonces los ojos van (sino miren Wall-e!); si el fondo también sirve, va sino, no va. Eso es lo bueno de la animación dibujada a mano. Libertad total en cada cuadro de cada segundo!
La música siempre la hace mi papá. Me encanta cómo arma de la nada cosas sencillas y emocionantes. Nunca trabajaría con nadie más en cuanto a la música. Es un genio. Nos entendemos enseguida. No hay mucho más, cuando ya está la imagen. Esto suele tardar mucho ya que cada segundo tiene 12 imágenes promedio y cada imagen tiene 4 capas promedio. Para la grúa y la jirafa fueron casi 4 meses y dura 2 minutos y medio.
Los créditos o placas son dibujados a mano, no hay tipografías ni letras de procesador de texto ni nada. Así que es todo dibujado.
Después, la parte de sonido que no es música -fx, foley, etc.- la hago yo con librerías o con un micrófono, en casa también. Creo que funciona bien por ahora.
Estem... No sé qué más... Ah, un tema importante del proceso es mostrarlo, difundirlo. Esto es UNA DE LAS COSAS MAS DIFÍCILES QUE TUVE QUE APRENDER SOLO PORQUE EN LA UNI NO TE ENSEÑAN A MOSTRAR TU MATERIAL, y te lleva MUCHO tiempo. Envíos de sobres, materiales, copiar en dvd, buscar festivales, completar fichas de inscripción. Parece una boludez, pero es muchísimo tiempo, y si estás solo bueno, otra vez, sentar cola y hacerlo. Es la única forma de que tu material se vea.
No hay muchos lugares para mostrar tu material -ventanas-. Aunque, gracias a lo digital, se multiplicaron muchísimo. La verdad no me puedo quejar, en los años 80 seguro que todo se hacía en cassettes, vhs o, antes, en super8 y tenias que enviar tu original -y no tenias más copias- así que ahora que un dvd virgen se consigue a un peso con cincuenta centavos, es una gloria para la gente que trabaja con audiovisuales. La otra ventaja es internet. Antes, para enviar tu material era más difícil saber a dónde -me imagino que había que buscar en embajadas- ahora con internet te bajas la ficha, googleas y encontrás todos los festivales del mundo, que son más de 2000 seguro. Por lo que solo hay que tener ganas de mostrar lo tuyo y ver si a la gente le gusta.
Aunque no le guste a mucha gente, lo importante es hacer las cosas porque a uno le calienta hacerlas y mostrarlas. Ver si le calienta a otra gente es parte del proceso. La única forma que una “obra” se vuelva “obra” es haciendo que la gente la vea. Y si hay gente que ve mucho de esto, y sabe mucho de esto y se especializa, y lo aprueba, también es bueno. Da una pauta de que tu trabajo va por el buen camino y te da una felicidad extra. Igual que si el público al que va dirigido (es algo real, todo va para un público aunque no lo busques) si ese público lo aprueba y le gusta, también es muy satisfactorio (algo para chicos, ponele). Y esto genera más ganas de seguir haciendo cosas. No sé bien porqué pero así es. Bueno, esto es lo que me pasa al hacer cortometrajes animados. Me dio plata para comer, pude bajar ideas que tenia en la cabeza y que, por alguna razón, quería mostrarlas dibujadas y con música de mi papá, y parece que a la gente le fue gustando, así que me pone contento trabajar con la animación y armar cortos animados.
Estas tres etapas son preproducción, producción y postproducción.
Preproducción: para la investigación y recreación de objetos; para probar de forma digital el uso de capas múltiples, para probar colores, etc.
Producción: intervención mediante el uso directo de soporte digital, computadores.
Postproducción: el uso de soportes digitales que permiten clones de la obra para poder distribuir mundialmente en grandes cantidades es un logro tremendo y ya es tendencia seguramente.
Las herramientas digitales las veo como una tendencia muy provechosa y que ayudan en gran cantidad.