Biografía
Nací en Rosario, en 1966.
Desde 1986, año en que hice mi primera muestra colectiva, he producido y expuesto mi obra.
Obtengo en el 90 el título de Licenciada Nacional en Bellas Artes en la UNR, comenzando a desempeñarme como docente del área en diferentes niveles educativos.
En la actualidad trabajo en la Facultad de Humanidades y Artes (cátedra de Arte Latinoamericano), y en Diseño de Indumentaria (en el cuerpo teórico de la carrera).
Participé en Salones de Arte (Museo Castagnino de Rosario, Sívori de Bs. As.) desde el 87.
En el 2002, la AECI del Gobierno español me otorga una Beca para investigar Historia del Arte en la Universidad Hispalense de Sevilla, España, viaje que marcó un giro en mi manera de abordar las lecturas sobre el arte contemporáneo y en mi propia producción artística.
Mis exposiciones más recordadas: “Tema La Vaca” (año 88, Rosario), el reencuentro con el grupo de artistas amigos en el 2000 con “Carne de Primera” (Museo Castagnino, Rosario). Una colectiva en la Galería Luisa Pedrouzo (Bs. As.) en marzo del 2003; una individual en el Centro Cultural Recoleta, en junio del 2004. En diciembre de ese año, la participación en el “404 Festival de Arte Electrónico” de Rosario, con artistas de Brasil, Japón, Australia, Italia, Holanda y otros, evento que se reitera en el 2005, en cual también estuve incluida. Y la exposición “Zoom” del 2005, en el Centro Cultural Borges, donde mostré mis experiencias recientes en el campo digital.
Visión del arte
1. Elija una obra que lo/la represente, descríbala haciendo referencia a su formato y materialidad, su relación con el tiempo y el espacio, su estilo y su temática; detalle su proceso de producción
En realidad, tendría que señalar dos obras que representan hitos o momentos representativos para mí en los últimos años, haciendo hincapié en el proceso que se desarrolla entre ambas.
Las obras son: Fluidos. 2003. Objeto (vinilo, madera, esmalte, pelo). 0,80 x 0,50 m.
Between Pixels I y II, díptico. 2005. Impresiones digitales sobre papel fotográfico. 0,50 x 0,40 m c/u.
La blandura al tacto es determinante en esta obra (Fluidos), la cual pertenece a una serie de objetos realizados en vinilos rellenos, cubiertos con pátinas brillantes. Aquí, el envoltorio plateado modela abultamientos, productos de la tensión que provoca la atadura de una soga de seda al presionar en el centro: de ahí la supuración de fluidos. Lo pulcro plateado con improntas del barroco, se mezcla en el material kitsch, adulterado en su esencia, para dar cabida a un paquete irregular, que se sitúa sobre una bandeja de madera también plateada, en el suelo.
Dos años después (2005), y con búsquedas intermedias (en donde los objetos blandos se petrifican y disminuyen su tamaño: materiales como madera, masilla epoxi y esmalte son la base de pequeñas cajas plateadas, doradas o cobrizas, que contienen las ficciones de restos orgánicos, lonjas de tejidos corporales, o elementos que se desbordan de los límites continentes), la experimentación incluía herramientas digitales. Los envoltorios anteriores (2003) se abren y muestran la interioridad de modo crudo. Vísceras reales de vaca (intestinos, riñones, grasa) son procesadas a través de la computadora, adoptando configuraciones asimétricas, también esculpidas levemente con algún elemento punzante o filoso. Es en la manipulación digital donde nacen estas formaciones casi patológicas, al convivir en la PC (como en el caso de Between Pixels I y II, entre otras obras) con diminutos objetos, especies de babosas o moluscos –pertenecientes a una instalación que he realizado con 60 piezas de éstas).
De esta forma, el simulacro acontece en el acto de ornamentar vísceras internas, y se efectúa sólo en el campo de la virtualidad.
2. En líneas generales, ¿cuál sería la forma en que sugeriría leer su obra?
Sugiero leer esta clase de propuestas plásticas a partir de ejes tales como: el abordaje puramente instintivo, la confrontación inmediata, donde coexiste la atracción formal, la visualidad organizada con cierto rechazo por la temática; la mirada antropológica: el misterio que encierran los restos humanos empaquetados (momificaciones por ejemplo), la oscuridad de lo oculto, o la desnudez -su extremo- de vísceras reales adornadas (vinculado al sacrificio o ritos corporales ancestrales).
3. En relación a su obra y su posición en el campo artístico nacional e internacional, ¿en qué tradición se reconoce? ¿Cuáles serían sus referentes contemporáneos? ¿Qué artistas le interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Respecto a ubicarme en una tradición, y teniendo en cuanta las obras que he realizado hasta el momento (y que en un futuro pueden efectuar un viraje temático) pienso en una filiación estética donde la producción involucre: reflexiones sobre las conexiones entre cuerpo y violencia, cuerpo y política; la búsqueda de una tensión entre zonas distantes: por un lado el tratamiento estético, la formalidad cuidada, el brillo; por otro, la desconfianza o repulsión que podría suscitar el referente a la crudeza carnal. En este sentido me movilizan artistas como Louise Bourgois, Robert Gober, Mona Hatoum o Jana Sterbak.
En un nivel más abarcativo, quisiera nombrar a una serie de artistas cuyo trabajo siempre me ha interesado en lo estético y en el plano conceptual. En el plano nacional: Mauro Machado, Daniel García, Alberto Heredia, Luis Fernando Benedit, Emilio Torti, Cristina Piffer, Leonel Luna, Marcela Astorga.
En el plano internacional: los brasileros Ernesto Neto, Artur Barrio, Edgar de Souza, Tunga, Mario Cravo Neto y las cubanas Ana Mendieta y Marta María Pérez.
En Europa: la histórica Meret Oppenheim, Christo Javacheff, la española Olga Adelantado y los ya mencionados Gober, Hatoum. Dejo un lugar especial para Louise Bourgeois.
4. Pensando en los últimos diez o quince años elija obras o muestras a su criterio fuertemente significativas de otros artistas de Argentina y explique por qué.
Anteriormente he citado a artistas argentinos para mí notorios. Puedo decir a grandes rasgos qué me sensibiliza o atrae de cada uno.
Machado: siempre me interesó su experiencia con superficies y sustancias químicas, la referencia continua a procesos que varían en el tiempo, y la resultante estética en que devienen.
García: una pintura impecable, que convive con temáticas violentas como el poder y la enfermedad (en una etapa de su producción).
Heredia: sus cajas de Camembert del 61-63 representan sabia mezcla de materiales de desecho que remiten a la descomposición y lo mórbido, perfectamente organizados.
Benedit: sus instalaciones con objetos y dibujos sobre la tradición argentina, de ranchos, animales y otros personajes muestran una prolija resolución espacial, mix de arte y arquitectura.
Torti: la pintura y la gráfica de Emilio es para mí una constante referencia a la levedad, a entes que se esbozan en el plano real pero que fluctúan, como inmateriales. Desde sus figuras casi totémicas, pasando por los paisajes, y llegando a su producción digital, su obra es plácida y consistente a la vez.
Piffer: la muerte adquiere aquí una significación estética con vínculos históricos y políticos; existe una maniobra de elementos que recuerda la actividad en un laboratorio.
Luna: las citas -provenientes de una tradición selectiva en el campo del arte- resurgen en los soportes digitales elegidos por Luna, abriendo zonas de lecturas de índole social, política y cultural.
Astorga: detalles minuciosos en superficies que simulan carnes. Y un uso del cuero que evoca procesos de manufactura de pieles animales.
También destacaría cuatro importantes retrospectivas que han tenido lugar en estos años:
Las de Jorge de la Vega, Víctor Grippo y Alejandro Kuropatwa en Malba, con criterios curatoriales y montajes acertados. Y lo que muchos pensamos: ellos se lo merecían y cómo...
Y por supuesto, la retrospectiva de León (Ferrari) en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, obra prolífica de un artista lúcido y polémico.
Es bueno que las generaciones más jóvenes tengan un acercamiento directo con producciones que marcaron momentos emblemáticos en el arte argentino.
5. ¿Cuáles son los agrupamientos o tendencias que percibe en el arte argentino de los últimos diez o quince años a partir de elementos comunes?
Cuando leí esta pregunta, inmediatamente pensé en el debate (que también tuvo lugar en varios números de ramona) sobre Arte Light o Arte Rosa Luxemburgo.
No puede obviarse la lectura de estas dos vertientes. Si bien podemos observar artistas que estarían cercanos a una estética más fría o cool, haciendo hincapié en las resoluciones visuales, y otro grupo que tiende a un compromiso entre arte y política, existen en el medio, variables.
Quiero decir, el panorama del arte argentino reciente es bastante complejo y a veces es difícil encontrar clasificaciones.
A partir de “elementos comunes” (formalidad y decorativismo, o tensión hacia la política) se esbozan en la actualidad múltiples intercambios.
Es para tener en cuenta la proliferación de intervenciones urbanas o acciones donde aparecen componentes artísticos que son recontextualizados y constituyen manifestaciones que han tomado visibilidad en las artes contemporáneas.
La resignificación del graffiti en los muros o la distribución de obra gráfica, adhesivos y textos en sectores públicos son actividades ya conocidas.
Prima en algunos casos, un sentido político y cuestionador, y en otros, un marcado interés en la estetización del paisaje, señalando la introducción de cierta extrañeza en el ámbito popular.
También la labor de artistas que fundamentan su trabajo desde actividades en la Red es considerable: la rápida circulación de la información en Internet, las diferentes modalidades que pueden adoptar proyectos para funcionar en la Web marcan una tendencia que gana adeptos.
El carácter democrático y polifuncional de los sistemas informáticos se erige como una alternativa a los mecanismos tradicionales de producción, circulación y consumo de las obras y al sistema mercantil institucionalizado.
Quizás aparezcan así posiciones diferentes que abran el abanico, trascendiendo lo netamente político-comprometido o puramente formal.