Marta Fernández
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- Susana Alonso
Biografía
Nací en Tucumán en el año 1962, y desde entonces me he dedicado a observar los juegos de la vida y las acciones de la gente. Me deleitaban las 130 palomas que llegó a tener mi papá, el color y el interior de las flores, la brillantina de las figuritas “Fantasía” y el imaginarme envolver con papel, durante la noche, los naranjos de las plazas. (a mis 4 años. desconocía a Christo y podía pasar horas mirando algo…como un huevo, un pájaro, el cielo, un(1) papel glacé, un lápiz de labios de mi mamá)
A partir del año 1999 expongo. Hice estudios secundarios en la Escuela de Bellas Artes de la U.N.T., algo//mucho//sin final de la Licenciatura en Artes; donde cursé en los últimos años el Taller C, al que estará dedicado mi trabajo final/inicial.
En la sensación comienza todo. En mis tres/cuatro años comienza todo. Expandirme y contraerme en los límites de lo conocido y lo desconocido.
Además de usar mi curiosidad y mi observación, aprendí a usar el dolor, la ausencia, la intimidad, la distancia, el lado abstracto y frondoso del no-tener. . . en medio de todo eso, respirar creativamente.
La metáfora, es mi lenguaje. Puedo con ella acortar distancias, alterar mis grafismos, crear lugares/sitios de deseo, trocar ausencias en presencias, pseudos materialidades que disfruto hacer emerger de un terciopelo, de una caja.
Puedo construir el recuerdo, a través de un bordado, la constelación amplia y codificada de la vida, deja de ser extraña y a largo plazo. Puede suceder ya. Con mágica y magnífica inmediatez.
Lo que exhibo es también lo que no exhibo.
Es un jugueteo verbal privado...burlón, ambiguo, muchas veces cruel hasta que el objeto irrumpe en mi realidad. ¿Quién gana? ¿Quién me gana? ¿El juego de las palabras o el objeto naciente? ¿El imaginar imágenes-objetos o el pensar/buscar palabras?
Ese orden, siempre me confunde. Pero no es lo que más intento definir.
Aunque voluntariamente, me pierdo en sus cavilaciones.
Piedra por el Monstruo (2008)
Visión del arte
plantita de abril - producto protegido – abrigo extremo
Básicamente trabajé sobre la idea de preservar lo interior, preservar la vida, preservar del tiempo, de lo inquietante que tiene la muerte. Lateral y oblicuamente, llego a cumplir el objetivo. (*)
Partir de abrazos protectores maternales hasta llegar a envolturas asfixiantes, pasar la tarde envolviendo cuánta cosa se cruzaba y ver el después como artilugio de vida.
¿Para qué me servían éstas envolturas? Para inventarme un mundo, con objetos extraños y familiares a la vez. Lunáticos, intensos, pasionales....tautológicos, maniáticos. Buscaba alternativas, como atareado chamán, que aprende a volar.
Abandonada a ellos.....en ellos, por ellos.
Formalmente, escultórica. Lejos de materiales tradicionales agresivos, como los definí en un momento, encontré en la resolución y trabajo en TELAS, una traducción amena, confiable, amable. Por otro lado, generadoras también de muchos planteos, por su riqueza táctil/cromática/acabado y compatibilidad-es.
Entonces es, que tengo una plantita pero es de tela, tengo un libro pero es de tela, tengo un abrigo que abriga pétalos. . .tengo una plantita que se llama “Flor de Ojal” …de donde se cortan las flores para llevar en el ojal…()
Defino cosas, en el mirar, el ir y el venir, dibujando el aire del colectivo, de mi oficina. Por ello, cuando decido cortar ya se que temperatura quiero mostrar, ya se que en Arabia en el S.XII se empleaba un tipo de hoja de palmera así tal cual yo lo necesito ahora y se en donde encontrarla.
Es decir, mi proceso de trabajo, no es reciente. Es algo que en cierta manera va creciendo y me sigue como mi sombra. Es constante, diario. Creo y recreo en mi cabeza.
Es un amplio arco de imaginación y el imaginativo-imaginero medita/relaciona, para usar del arco y dar sin artilugios en el blanco. Para lanzar sólo lo necesario, despojado de lo inútil.
Armo y desarmo planos de colores y formas en mi cabeza. Más allá de mi voluntad, se generan-re generan solos, cual caleidoscopio. Cada vez, son más las cosas que tomo del pasado artístico universal y de mis pasados dieciocho años de Biblioteca. Mi cabeza los toma prestados y ellos gustosos me prestan su lejana belleza. Y me siento muy bien decorando pliegues, esquinas, objetos y planos.
Crear mi superficie en dorados y plateados ornamentales, va más allá de todo placer visual. Cada forma que empleo, es parte de un lejano Edén, de un Cielo fantástico, de alguna perdida palmera de Túnez, es parte de un fragmento de alfombra, de algún fresco bordadito español, de alguna vajilla que viaja conmigo desde la infancia.
Así trabajo. Llevando motivos, diseños, partes sueltas de algo que retuvo mi mirada por más de dos segundos. Mi cosmogonía.
Ella, me permite crear cómoda y tranquila. Algo que suele verse “bonito”, adjetivo no tan inocente y a veces amenazante.
Para mí, el ARTE, es un ”básico”, en constante tangencia ondulante con palabras como necesidad-entorno-gente-felicidad-placeres-sutilezas-pensamientos-…y, muchos verbos.
Elegir la palabra justa y de allí eyectarme al universo plástico.
Llego a la obra, al trabajo final, con una mise en place previa, bastante analizada, despojada de cargas extremas poco necesarias pero reales. En la obra, soy llana. Por otro lado, suelo permitirme jugar.
(*) los objetos protegidos, surgieron cuando sabía ciertamente, que iba a perder a mi mamá cualquier día inmediato como mañana, ésta tarde, ésta noche…horas…lo que finalmente, ocurrió. Y un día, no amaneció.
Que ya, es un argumento para triangular palabras, pensamientos, telas, colores. La “sugerencia” puede sólo estar dada por el producto final, por la obra acabada y en incidencia directa al que mira….allá, lejos de mí
(aceptar el principio rudimentario del “me gusta”/ “no me gusta”, no está alejado de mis creencias)
Otras palabras dicen: “Conozco a artistas tucumanos que son aspirantes a outsiders , pero son sólo eso: aspirantes. Marta es la artista más al margen que conocí... y no hay forma de integrarla: ni "clínicas", ni exposiciones, ni becas, ni subsidios, ni terminar el taller de una vez por todas... . No sé si eso es bueno o malo, tampoco sé si es inteligente o no. Lo cierto es que Marta hace arte porque no puede evitarlo y ya. Creo que la cosa es así: su obra es un discurso sobre el amor y el desamor y actúa, a mi parecer, como el señuelo que alguien serenamente desesperado construye para captar un cómplice, un testigo de su vida. Marta hace objetos de factura exquisita y llenos de recursos que los asemejan a las cajas chinas. Siempre pueden ofrecerte un nuevo y casi imperceptible dispositivo que te revele un secreto (a medias of course porque Marta sabe de ambigüedades) . Pero muchas de esas piezas se abren aún más porque son el móvil de acciones que nunca ingresan al mundo del arte. Marta los envía en préstamo a gente que ella cree que los necesita, para recuperarlos cuando esa misma gente ya los ha disfrutado y por fin se los devuelven. Siempre sorpresivamente y servi-moto de por medio.” Carlota Beltrame (casi primavera de 2008)
Suelo no establecer paralelos.
Me mantengo alejada del mirar por mirar.
Mi universo, tiene gente a la que siempre vuelvo y sigo, como Alejandro Gómez Tolosa - los quehaceres de Carlota Beltrame, Gely González, Blanca Machuca y Mané Guantay - los colores y formas de Guillermo Rodríguez - los grabados de José Francisco Borges - las cajas de Joseph Cornnell - escritos de Felisberto Hernández - la fotografía de Chema Madoz - Bispo do Rosário y sus “inventarios del mundo” – Louise Bourgeois - los personajitos de Gerardo Lazarte – las mujercitas de Susana Alonso – los diarios passer montanus - últimamente descubrí con mucho encanto a la española Eva Armisén.